
Extrañaré tus ojos y tu sonrisa
mientras olvido tu distancia.
Imitaré el sigilo felino
para evitar las sombras del pasado,
y andaré de puntillas sobre lo bello
de nuestro sueño.
Alimentaré con saliva ajena
el deseo propio,
y dormiré al dulce calor
de nuestros recuerdos.
Y entretanto,
te seguiré queriendo
como entonces,
muriendo…