Y si flagelara al mundo hasta que me confesara la verdad,
y si lo obligara a entregarme el secreto,
¿realmente saciaría este espíritu inquieto y decadente que sobrevive de la ira más vieja del mundo?
El deambular sonámbula por esta noche eterna me ofrece la visión más diáfana de lo ajeno, recayendo una sombra infinita sobre mí misma. En la delgada línea de un acantilado, cuyo fondo ni siquiera se imagina, ando de puntillas dudando entre seguir adelante o buscar la profundidad de lo incierto, probar a dejarme acunar, como Alicia cayendo por el agujero, dejando libre mis latidos a cambio de un segundo de cordura.
sábado, noviembre 24, 2007
Anatemas
viernes, octubre 12, 2007
Acentos extraños
Conozco los límites de los cuerpos y la estrechez de la confianza, por eso callo lo que me fue, en silencio, mostrado. Miro y, tras ver, aprieto los dientes para retener la ira.
En la noche, la sinceridad me traspasa los párpados, y la piel se deja llevar por los anhelos. Al despertar, la mirada se torna siniestra, y al volver a cruzarse con la frontera de lo imposible, se esconde en las profundidades del deseo, volviendo a vestirse la máscara de los acentos extraños.
martes, septiembre 18, 2007
martes, agosto 28, 2007
Luz
No sabía dónde estaba parada. Si acaso lo hubiese sabido, emprender de nuevo el camino no habría sido difícil. Pero no lo sabía, y por más que miraba alrededor, en ningún momento ví una señal que me diera la más mínima pista acerca de mi paradero. Después de girar sobre mí misma, mirar hacia arriba y hacia abajo, cerrar los ojos y reabrirlos, llorar y gritar, dormir y despertar mil veces, empecé a darme cuenta de dónde estaba. Me encontraba en medio de
domingo, julio 22, 2007
martes, junio 26, 2007
martes, junio 12, 2007
Ventana
La ventana estaba ya allí.
Simple.
El cristal se aparecía frente a mí
como un ritual de transición
a la cordura.
Inerte.
Cargado de significado.
Los rayos del sol,
limpios,
llegaban a mí directos,
respondiéndome en silencio.
Volví al rincón,
a refugiarme en la oscuridad,
allá donde la inmensidad de lo desconocido
y lo mundano
quedaran
fuera de mí.
martes, mayo 22, 2007
miércoles, mayo 09, 2007
Ahora
anidaron en mis ojos,
mi alma se confiesa
para no morir.
Ahora que la vida sigue,
sin cómplices
ni intención,
no quiero volver a callar
lo que aquella vez fui.
Ahora,
confesar que mentí,
que te quise sin que nadie supiera,
sin que nadie adivinara,
no viola los límites,
siquiera,
de esa amistad.
Ahora, cuando todos se fueron,
cuando me quedo sola,
en silencio,
puedo admitir
mi cobardía,
mi miedo,
que, simplemente, me rendí.
Ahora lo grito bien alto:
te quiero.
Y ahora,
cuando la ternura y la pena
son cómplices de mi mirada,
entiendo,
al fin,
que nunca,
jamás,
podré olvidarme de ti.
domingo, abril 29, 2007
Fin
Al fin perderlo todo.
domingo, abril 15, 2007
martes, marzo 20, 2007
Desproporcionadamente
pasan los minutos, la noche avanza mientras mi vida retrocede.
o quizás no retrocede, sino que se divide: unas partes avanzan a una velocidad desproporcionadamente rápida, y otras a una velocidad desproporcionadamente lenta.
desproporcionadamente.
veintiuna letras. creo que nunca había usado esa palabra.
desproporcionadamente.
últimamente hago cosas que no había hecho nunca antes. y luego recapacito. y luego, o sea, ahora, pienso que algo no marcha bien.
intento unir todas las partes, hermanarlas, pero no puedo. ya no dependen de mí.
comienza la cuenta atrás.
pronto la separación entre las partes en que se divide mi vida será desproporcionada, se olvidarán de que una vez fueron a la misma velocidad.
entonces, mi cuerpo se romperá en mil pedazos.
su olvido acabará con mi existencia.
su olvido acabará conmigo, permaneciendo la materia para ver desde fuera, como a través de un espejo, mi mundo romperse, desproporcionadamente.
sábado, febrero 03, 2007
Juegos
haciendo los días noches y los sueños pesadillas.
A veces el juego se hace macabro,
y entonces hace a las niñas prostitutas
y a los padres de familia alcohólicos;
a las madres las hace ludópatas
y los mayores, desperdicios;
a unos hombres los hunde en el fondo del mar
y a otros los asesina en sillas;
unos hombres mueren de hambre
y a otros los mata de sida.
La vida se disfraza de verdugo y de payaso,
de mártir y de traidor.
La vida, cuando se aburre, juega a reirse de sí misma,
pero a veces, a menudo, llega a límites asesinos:
juega con la desesperación de los hombres
y entonces se inventa a dios.