jueves, junio 25, 2009

A veces...



El orgullo siempre haciendo estragos en nosotros...

La realidad sucumbe ante los deseos no cumplidos,
latiendo las esperanzas en el vacío que deja
tu perfil.

Renazco de las llamas que,
a veces,
me siguen quemando
ignorando el modo de apagar este fuego.

No conozco el camino de vuelta a casa,
pero las ánimas que pueblan mis noches
jamás abandonan mi sombra,
y me acompañan
cuando dejo de ser yo

A veces,
perderse es el antídoto poético contra el abandono.

Y yo,
que me emborracho de versos a diario,
guardo en cofres de piedras preciosas
las ausencias, los olvidos,
para,
a veces,
seguir bebiendo
de tí
y de mí.


sábado, junio 20, 2009

Silencio

Cotejo las coordenadas de mis recuerdos, intentando buscar la señal que me ayude a dormir. Mido y vuelvo a medir distancias, distancias etéreas que aumentan a cada lágrima que, lenta y silenciosa, va dejando su marca en mi rostro.

Porque mi llanto es lento y silencioso. Como un vaso que rebosa, mi pequeño cuerpo llega al límite de dolor soportable, y éste se hace lágrima, y emprende su huída a través de mis ojos. Mi llanto dura días enteros con sus largas noches, mas nunca se altera, ni grita, ni llama. Mis lágrimas, casi imperceptibles, van a parar a la tierra, sin que nadie las vea, donde se esconden presas de la humillación y la vergüenza.

Cuando dejo de mirar desde las entrañas del deseo y comienzo a mirar con los ojos, miles de astillas comienzan a perforar mi piel, y una agonía cruel se me cruza entre el corazón y el estómago, dejándome casi sin respiración. Intento exhalar todo el dolor, pero mi cuerpo ya no responde a mis órdenes, y me dejo llevar a una batalla perdida que hiere sin matar.

Me duele el vacío.

Camino sobre un abismo arbitrario y mentiroso, un abismo creado para que mis pies se hundan, para que yo me hunda, un abismo hecho a mi medida en el que penetro con los ojos cerrados.

Me duele la ausencia.

Respiro un aire tóxico que enferma mi voluntad.

Me duele el silencio.

La leve actitud ajena del que nada tiene que ofrecer mina mis nervios, mi paz, mi entereza, y pierdo el equilibrio sin red que me proteja.

Me duele, y nada ni nadie sabe que habito en un desierto de sal donde nunca reconoceré haber estado jamás.



martes, junio 16, 2009

Conversación



Junto a una luz tenue,
las verdades parecen menos crueles
y las miradas alcanzan su máxima profundidad.

La levedad
de la existencia primera,
la que ocultamos tras el amanecer,
renace con toda su plenitud cuando,
sin pretensiones,
abrimos las almas al aire.

Las palabras danzan libres
de miedos y ataduras,
los pensamientos son libélulas centelleantes
que se mezclan -las tuyas con las mías-
convirtiéndose en un solo ser de luz.

Entonces, tu cuerpo y mi cuerpo,
-materia gris tibia de deseo-
hechos a imagen y semejanza,
se elevan en un vuelo hacia la eternidad,
y se pierden en un juego ciego
de tacto, lascivia y libertad.

jueves, junio 04, 2009

Sangre

En esta noche que no puedo dormir, las imágenes de mis sueños se cruzan con mis miedos, quedando parada en mitad de la nada.

Confío en los designios del destino y en la luz que nos sostiene. Creo sin ninguna duda en la voluntad que guía nuestros pasos, y que va más allá de nuestra mirada. La magia de una energía que no sé de dónde me viene, impulsa a mis pies para que no queden parados a un costado del camino. Y sigo caminando…

Quisiera cubrir con mi piel toda tu piel, decirte sin hablar que estaré aquí, que en mis brazos te llevaré, que andaremos juntos la parte de la senda que tú no puedas, y que sé que, cuando yo decaiga, tú me sostendrás. Quiero decirte, y te grito una llamada que sale de este cuerpo que apenas es nada.

Saco la fuerza de las entrañas de la tierra, acumulo para ti toda la alegría que cabe en mis manos, y te la regalo en forma de abrazo, de susurro, de caricia, de mensaje que viaja a través del tiempo y el espacio con un vuelo firme y seguro.

Hoy y siempre, la sangre se me rebela segura de su triunfo.