sábado, noviembre 28, 2009

Sé más de lo que te digo,
y callo.

Sé,
al mirarte a los ojos,
que ya anduviste por otros caminos,
que ya buscaste en otros lugares,
que se borró mi huella de aquel rincón,
donde, ahora,
escondes otra sed.

Sé,
al verte ahí parado,
que frecuentas otras canciones,
que persigues otros pasos,
que vagas por otras calles,
que la luz y la oscuridad de mis ojos
languidecen en un cuaderno
de tu habitación,
como un vago recuerdo
de otra vida que ya se fue.

Sé,
al escuchar tu voz,
que nada queda de mi sal en tu boca,
que ya no buscas la eternidad en mi piel,
que son otras manos las que ahora te tocan,
que son otros cuerpos los que ahora son
sin ser…

miércoles, noviembre 11, 2009

Renazco de tus manos

Renazco de tus manos
cada vez que, con caricias,
dibujas mi figura.
Asciendo en concavidades aéreas
con cada aliento tuyo,
convirtiendo en agua la materia,
surcando tus piernas,
tu vientre,
tus caderas,
con brazadas tímidas y serenas,
retomando de cada rincón de tu anatomía
la vida que me faltaba.

A oscuras,
el brillo de tus ojos es todo mi universo,
y tu boca
un mar de promesas de tus labios a los mios.

Te abres camino en mí
en un abrazo seguro y firme,
calculando a golpe de mirada
qué parte de mi cuerpo te queda por conquistar.

Me conoces, me sabes de memoria,
me destruyes y me recreas en cada entrega,
en cada rendición,
confundiendo mis piernas con tus brazos,
tu pecho con mi espalda,
mis manos con las tuyas,
en una unión perfecta sellada por el silencio.

lunes, noviembre 09, 2009

Sin permiso

Escondo la crueldad que me habita en las entrañas. Imágenes del recuerdo en plena autodestrucción vuelven, a ratos, desde la cara oculta de mis palabras.

Una empatía inútil y mercenaria contamina mis cimientos con aires de revancha. Repaso cada letra con mis pupilas, trazo a trazo, grabando el negro sobre el blanco, impregnándome cada vez más de todas esas sombras que me acosan. Aspiro cada leve mota de polvo que cubre los viejos muebles de la vieja casa, una y otra vez. El colmo: ver en los márgenes de tus letras que ya no me conoces, que ya no me recuerdas, que ya no te importa golpearme donde antes me mecía, leyendo el mapa de mi espalda.

Ahora no mido las distancias ni escondo mis intenciones. Ya no. Ahora olvidé las precauciones, los remilgos, los respetos y las normas. Ahora no cumplo la palabra dada, porque, como sabes, ya no somos los que éramos. Y en ese ser sin ser, donde antes hubo luz, ahora se ciernen las sombras. Porque ya olvidaste quién soy, y yo ya no sé quién eres.

lunes, noviembre 02, 2009

Letras


Las letras ya no brotan de mis dedos. No consigo ver el reflejo de mis sueños y mis pesadillas en los espejos, y las sombras de un pasado incierto y volátil sobrevuelan mi cuerpo.

Deshago los nudos poco a poco, sin prisas, dejando que cada cosa encaje su perfil en los huecos que los ausentes van dejando. Naturaleza muerta donde una vez brotó la vida.

Con la cara limpia y la mirada clavada en algún lugar más allá del aquí y ahora, enfrento los cambios sabiendo de dónde vengo. Las heridas, al descubierto, cicatrizan con el aire puro, y dejan como huella una extraña paz que me aparta de los pasos ajenos.

Pasan los minutos como años, y la gente como hormigas en un jardín de asfalto. No hay dolor, ni tragedia, ni culpa. Sólo espacios en blanco donde no están las letras que ya no brotan de mis dedos.