miércoles, mayo 13, 2009

Extraño



Te busco en mitad de un desierto de luz, anidando esas miradas que sólo saben regalar tus ojos. Te espero cada día y cada noche para que abrigues mis sueños con tu ternura, para que encierres entre tus brazos este cuerpo que sólo desea el calor de tu cuerpo.

Escondo en mi ropa el olor de una mañana de sol perdida en la sal de mi soledad, manteniendo vivas en mi recuerdo esas palabras no dichas cuando el alma anhelaba. Bebo tu ausencia como el trago más dulce que mis labios probaron, sin terminar de entender la distancia que me separa de ti.

El deseo se me escapa por cada poro de mi piel, percibiendo tu tacto en cada brisa de aire que osa rozarme. La vida se me escapa por los ojos, y grito al viento en un llanto ahogado y silencioso lo que mi boca no es capaz de asumir.

Mis latidos siguen el ritmo de las cuerdas de tu música, y mis manos acarician el cristal de tu imagen. Casi sin darme cuenta, me adentro cada noche en un mundo de maleza y oscuridad, persiguiendo tu sombra entre versos por terminar.

lunes, mayo 11, 2009

Juego

Tu boca
que toca
la poca
razón
que me queda,
me rompe
y corrompe
neuronas
corrientes.

A golpes
de beso
el peso
de eso
que oculta
tu pecho
se posa
en mi alma,
que calma
tu espalda
con manos
de trapo.

Y beso
tus ojos,
y extiendo
mis brazos,
y abrazo
tu cuerpo
queriendo
abrigar
amar
colmar
tu vida
con vida,
mi vida,
latiendo
con fuerza,
queriendo
soñar.

Y lamo
tu espalda,
y beso
tus hombros,
y escondo
mis ojos
detrás
de tu luz.

Acaricio
tu vientre,
beso
tus sienes,
pellizco
tus piernas
queriendo
jugar.

Tiempo
pasado
en círculos
fue.

Hoy recorremos
caminos
y sendas
queriendo
ser aves,
panteras,
pareja
de héroes
con fuerza
con fe.

Hoy
nos queremos
bebemos
lamemos,
hoy
nos amamos
con toda
la piel.

Hoy
mis caricias
no están
perdidas,
tienen
un cuerpo,
tu cuerpo,
que recorrer.

viernes, mayo 01, 2009

Cenizas

Cada día,
las fuerzas van adquiriendo un color sepia más pronunciado.
A cada hora, las imágenes se difuminan más,
y las fuerzas, mermadas,
no dan para quemar los últimos barcos.

La derrota no es una opción apetecible,
mas no sé hacerlo de otro modo.

Convertirlo todo en cenizas
para renacer
a un nuevo día,
quizás sea la opción
más plausible.

Renunciar a la urgencia,
doblegar el deseo
asumiendo
las cuentas ajenas,
y tragar mis palabras
antes de que vuelen libres.

Para que todo sea diferente,
dejaré de ser lo que hoy soy.