miércoles, mayo 13, 2009

Extraño



Te busco en mitad de un desierto de luz, anidando esas miradas que sólo saben regalar tus ojos. Te espero cada día y cada noche para que abrigues mis sueños con tu ternura, para que encierres entre tus brazos este cuerpo que sólo desea el calor de tu cuerpo.

Escondo en mi ropa el olor de una mañana de sol perdida en la sal de mi soledad, manteniendo vivas en mi recuerdo esas palabras no dichas cuando el alma anhelaba. Bebo tu ausencia como el trago más dulce que mis labios probaron, sin terminar de entender la distancia que me separa de ti.

El deseo se me escapa por cada poro de mi piel, percibiendo tu tacto en cada brisa de aire que osa rozarme. La vida se me escapa por los ojos, y grito al viento en un llanto ahogado y silencioso lo que mi boca no es capaz de asumir.

Mis latidos siguen el ritmo de las cuerdas de tu música, y mis manos acarician el cristal de tu imagen. Casi sin darme cuenta, me adentro cada noche en un mundo de maleza y oscuridad, persiguiendo tu sombra entre versos por terminar.

1 comentario:

El Pantro dijo...

Las oscuras luces de los versos siempre llegan a los desiertos más alejados... y los acercan... ya sé que ya lo sabés, pero no deja de emocionarme decirlo furtivamente...