martes, diciembre 12, 2006

Plagio


Me culpo del plagio de rúbricas en las decisiones ajenas, asumo el castigo infligido por manos oscuras que disfrazan de caricias las dudas propias, que son golpes. Dudas impropias a destiempo, medias mentiras, medias verdades. Me pregunto si las respuestas a las preguntas que me hago (que me hacen, sin hacerlas) están en algún lugar de la materia que me soporta.

Construyo el descanso en estaciones, demoliendo mis nervios sin piedad ni demora.

Y reflexiono.

Y mis pensamientos despiertan de la ira y la confusión sin padres corpóreos ni descendencia constante. Al final resulto un ser ajeno a mi tragedia y cómplice de la locura. No conozco camino de vuelta a la realidad, de hecho, ignoro el plano concreto de su latido.
Desisto en el intento de controlar los desvaríos lúgubres de mi marchita lucidez. Como premio, obtengo siempre muecas satisfechas de su innata incoherencia.
Termino la copa y cierro la puerta con poca convicción.
Sigo rumbo al infinito.

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