jueves, septiembre 07, 2006

Gotas

Gotas de ausencia quebraron mis nervios
hasta hacerme estallar un día.
El sonido constante de su caída en mi pecho
quebró las esperanzas de mi alma
y me hicieron un fantasma de la noche.
El reproche
de mi razón aceleró la caída,
y me arrastré
hasta la copa
para mantenerme a flote.
Pero lo que soñé como una salida
acabó siendo un atajo a la oscuridad.
Y esa verdad,
la mía,
la de mi fin,
la de mi propia huída de mí,
me hizo viajar en ambulancias
y me llevó a la existencia horizontal,
plana,
aséptica,
higiénica,
blanca.

Mis ojos perdieron su brillo
y ahora miran sin ver.
Mis manos
se hicieron ásperas
y mi carne, débil, lánguida,
ajena...
Mi cuerpo no se reconoce
y mi mente dolorida sólo
siente el eco de mi latir.
Así,
mis huesos te buscan en la nada,
y mi cama,
compañera y cómplice de mis pesadillas,
sólo aguarda verme partir.


2 comentarios:

Das confabula dijo...

La vida se va, a veces, en la vida misma, en la salvación de tener que vivir sin saber, en verdad, por qué uno se muere...

Anónimo dijo...

Hoola!
lleno de pena, desde la existencia horizontal hacia delante está muy intenso.
saludos para ti!!!
(disculpa la tardanza en venir).