domingo, julio 19, 2009

Nocturno

No me busquen,
no me sigan,
no pretendan saber.
No teoricen,
no calumnien,
no quieran entender.



Tras la batalla,
todo guerrero ha de curar sus heridas.

Toda sangre derramada duele,
y todo dolor necesita su abrazo.
Toda derrota mata,
y toda muerte ha de ser llorada.
Todo llanto necesita ser compartido,
y toda herida ha de ser curada.

El guerrero,
en la fiereza de su alma,
alberga la esperanza de volver
para encontrar unos brazos que lo envuelvan,
que lo sostengan,
para,
luego,
tener las fuerzas necesarias
que le permitan
volver a la guerra.





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