martes, mayo 22, 2007
miércoles, mayo 09, 2007
Ahora

anidaron en mis ojos,
mi alma se confiesa
para no morir.
Ahora que la vida sigue,
sin cómplices
ni intención,
no quiero volver a callar
lo que aquella vez fui.
Ahora,
confesar que mentí,
que te quise sin que nadie supiera,
sin que nadie adivinara,
no viola los límites,
siquiera,
de esa amistad.
Ahora, cuando todos se fueron,
cuando me quedo sola,
en silencio,
puedo admitir
mi cobardía,
mi miedo,
que, simplemente, me rendí.
Ahora lo grito bien alto:
te quiero.
Y ahora,
cuando la ternura y la pena
son cómplices de mi mirada,
entiendo,
al fin,
que nunca,
jamás,
podré olvidarme de ti.
domingo, abril 29, 2007
Fin

Al fin perderlo todo.
domingo, abril 15, 2007
martes, marzo 20, 2007
Desproporcionadamente
pasan los minutos, la noche avanza mientras mi vida retrocede.
o quizás no retrocede, sino que se divide: unas partes avanzan a una velocidad desproporcionadamente rápida, y otras a una velocidad desproporcionadamente lenta.
desproporcionadamente.
veintiuna letras. creo que nunca había usado esa palabra.
desproporcionadamente.
últimamente hago cosas que no había hecho nunca antes. y luego recapacito. y luego, o sea, ahora, pienso que algo no marcha bien.
intento unir todas las partes, hermanarlas, pero no puedo. ya no dependen de mí.
comienza la cuenta atrás.
pronto la separación entre las partes en que se divide mi vida será desproporcionada, se olvidarán de que una vez fueron a la misma velocidad.
entonces, mi cuerpo se romperá en mil pedazos.
su olvido acabará con mi existencia.
su olvido acabará conmigo, permaneciendo la materia para ver desde fuera, como a través de un espejo, mi mundo romperse, desproporcionadamente.
sábado, febrero 03, 2007
Juegos
haciendo los días noches y los sueños pesadillas.
A veces el juego se hace macabro,
y entonces hace a las niñas prostitutas
y a los padres de familia alcohólicos;
a las madres las hace ludópatas
y los mayores, desperdicios;
a unos hombres los hunde en el fondo del mar
y a otros los asesina en sillas;
unos hombres mueren de hambre
y a otros los mata de sida.
La vida se disfraza de verdugo y de payaso,
de mártir y de traidor.
La vida, cuando se aburre, juega a reirse de sí misma,
pero a veces, a menudo, llega a límites asesinos:
juega con la desesperación de los hombres
y entonces se inventa a dios.
lunes, enero 29, 2007
Madre
viernes, enero 26, 2007
Vestido
domingo, enero 14, 2007
Ruido
domingo, enero 07, 2007
Oceánico
martes, diciembre 12, 2006
Plagio

Y reflexiono.
martes, diciembre 05, 2006
Confesión

Mi corta trayectoria de bípeda se compensa con una colección de huellas que rozan lo esperpéntico, y casi pierdo el equilibrio cuando algún alma errante me tienta con cuestiones que requieren precedentes. Nunca me gustaron las explicaciones como justificaciones aleatorias de burdas decisiones, prefiero la magia del impulso.
¿Presumo de pasado? Quizás todo se resuma a mi humor negro, tan negro que resulta de una simpleza incomprensible, pero tan comprensible al fin que me sonrojo con lo revelador de mis declaraciones. Como un disfraz de payaso para tomar la última copa, un paraguas en verano, las alas del interno, la sangre del maniquí, como aquello que obviamos a pesar de clavarnos el saberlo en una pared de engaño, así continúo sin abandonar el cruce.
Cada cierto tiempo gusto de descender (¿o ascender?) a lo más oscuro de lo oscuro, y saludo a unas sombras ebrias de desilusión cuya melancolía, de color naranja y azul, me brinda el impulso necesario –tal vez mercenario- hacia el absurdo y me sitúa de nuevo en la realidad. Tragedia y tiempo acaban dando comedia, recuérdenlo.
Al fin y al cabo, no sé si quiero confesarme o mantener el misterio, la pose de personaje trágico, el fantasma de la ópera en programación de noche, borrachera, vela encendida, canción triste en triste bar, un motivo para encender el siguiente cigarro y mirar a mil kilómetros de distancia el mundo que me roza casi con repulsión.
jueves, noviembre 23, 2006
Infancia
martes, noviembre 07, 2006
jueves, noviembre 02, 2006
miércoles, noviembre 01, 2006
Excusa

La caída era una excusa.
En realidad buscaba la inconsciencia,
la oscuridad más profunda,
donde todo era válido.
La muerte era una excusa.
En realidad buscaba el dolor,
donde todo lo que te rodea desaparece,
y sólo existe lo que te duele.
La ausencia era una excusa.
En realidad buscaba la ira,
la concentración en un punto,
que era mi abandono.
El mundo era una excusa.
En realidad me buscaba a mí,
perdida en la nada,
sin vida.
domingo, octubre 22, 2006

Te sueño en la penumbra de la vigilia, en la oscuridad de lo prohibido, en la intimidad de mi deseo, y convierto en cama de flores las sonrisas sinceras que me brindas, sin terminar de comprender lo que pudo haber sido y no fue.
Te tengo sin tenerte, dibujando tu vientre en el mío, como dos mitades de un último grito que se escapa en la noche. Negro sobre negro en el horizonte de mi pasado, con un futuro caprichoso que hace trampas en mi presente.
Te acompaño y te abandono sin que mi cuerpo se haga materia, sin que el aire que respiras viole tu inocencia con esquirlas de sinceridad. Palabras que se lleva el viento, dejándolas morir en abandonado paladar.
Trueque hueco calcinado por una pasión subcutánea, latente bajo el influjo de la adormidera, en un eterno castigo impuesto a mi miedo a la primavera.
viernes, octubre 20, 2006
camino
lunes, octubre 09, 2006
Si...

Ni siquiera sé cómo empezar a escribir
lo que escribir no sé.
Si describo, demasiado concreto,
si no describo, me pierdo en vaguedades.
Si hay claves, la solución me aterra,
si no las hay, como si no escribiera.
Si dijera azul, me quedaría corta en la imagen,
pero pintaría el universo que da luz a mi alma.
Si dijera sonrisa, sería poco decir,
mas bastaría el concepto para saberme llena.
Si te dijera, sabrías lo que saber no sabes,
pero no digo, y callo lo que callar condena.
Sé que saberlo me quema,
y que ardo y arderé hasta hacerme cenizas,
mas esto que late y crece,
morirá sin morir,
pues ya nació sin vida.
lunes, septiembre 18, 2006
Letanía
La letanía de tus labios
grabó en mi piel
un océano de vida.
Marcaste con fuego
caminos a tu cuerpo
para acercarme a ti.
Nadé. Mordí. Jugué.
Recorrí
los valles de tu vientre
para buscar tu centro,
persiguiendo la noche
que te unía a mí.
Los mapas en mi espalda
y las letras en tu mano,
siempre encarando al viento,
cruzaron la frontera
de las horas perdidas.
Besando tu cuello,
esperando tu abrazo,
respirando tu aliento
cubrí tu silueta con la mía,
comprendiendo a golpe
de amanecer
que mi vida en tu vida,
que tu ser queriendo ser,
que tu boca y la mía,
que quererte beber...
…que la carne de mi carne
vive más allá de tu perfil,
que mi cuerpo y mi sombra,
mi vida,
fueron hechos para ti.